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Flora de Murcia

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El arto de Santa Catalina, Murcia

El arto (Ziziphus lotus) es un arbusto grande, arborescente, de ramas zigzagueantes, intrincadas y espinosas, que en Europa continental se distribuye (casi) únicamente por el sureste de España, en el ámbito fitogeográfico Murciano-Almeriense, el territorio más cálido y árido de la península Ibérica. Se trata, sin duda, de una especie emblemática de la flora española y sus poblaciones naturales, de Murcia y Almería, requieren de un reconocimiento especial, protección y, también, seguimiento, para asegurar su conservación. Cabe señalar que, en Almería y zona próxima del suroeste de la provincia de Murcia, donde se concentran sus principales poblaciones europeas, se conoce mayoritariamente como azufaifo, por lo que este sería su verdadero nombre común, porque es el que tiene mayor uso local y está más extendido o generalizado, incluso en la bibliografía.

Sin embargo, fue en el cuadrante sureste de la provincia de Murcia, en el territorio del arto, donde se cita por primera vez la especie Ziziphus lotus en la Región de Murcia (en el Reino de Murcia, como ‘regni Murcici‘), concretamente en la obra botánica Prodomus FLORAE HISPANICAE, volumen III de Willkomm y Lange (1880), «la obra más completa sobre las plantas vasculares españolas nunca antes hecha». Esta referencia corológica se basa en dos recolecciones del arto de «Santa Catalina, en las proximidades de la ciudad de Murcia» (según el pliego de Lange, de 1851), «al pie de las montañas al sur de Murcia» (según el pliego de Guirao, de 1852).

A esta zona, localizada en las proximidades de la ciudad de Murcia, al pie de las montañas al sur de Murcia, se llegaba por el camino de Santa Catalina, que años después se conocería como el camino del Verdolay, lugar de retiro veraniego en la montaña para los murcianos más pudientes del final del siglo XVIII.

El camino de Santa Catalina, según un mapa manuscrito en papel de 1898 (minutas planimétricas del IGN), conducía a las Casas del Conde del Valle, actualmente un edificio ruinoso y casi fantasmagórico, que antes de ser abandonado fue el colegio de huérfanos Hogar Escolar Castillo de Olite.

La gran casa señorial se erigía en el lugar conocido entonces como Baños del Valle y destacaba por su forma cuadrangular y grandes dimensiones, entre cultivos de olivos, donde se ubicaría después el “Vivero de Pinos”, y el único pequeño bosque de la sierra que no fue talado. En esta zona con grandes pinos carrascos estuvieron los baños y, posteriormente, además, un “Campamento”.

Junto al viejo edificio del conde, reconvertido en orfanato y colegio, aún en pie, pero muy decrépito, se encuentra actualmente el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, donde se ubica temporalmente, pero desde 2017, el punto de información del Parque Regional Carrascoy y El Valle. También, en este lugar de los Baños del Valle, donde existió un campamento, se localiza el Albergue Juvenil El Valle, que permanece cerrado y sin uso desde 2020, cuando albergó a vagabundos de la ciudad de Murcia en los momentos más críticos de la pandemia COVID-19. En la zona de los baños, que competían con sus contemporáneos y muy renombrados Baños de Verdolay, fue donde se construyó el campamento, la casa albergue «Valle de San Juan» en 1930, para la agrupación de Murcia de los Exploradores de España, inaugurada el 21 de diciembre del mismo año.

Fue a este lugar, entre los Baños del Verdolay y los Baños del Valle, donde, hace más de 170 años, vinieron, primero, el botánico danés John Lange, coautor de Prodomus FLORAE HISPANICAE, y, después, el español y pionero de la botánica en Murcia Ángel Guirao. Al menos, a recolectar pequeñas ramas de un arto, de aquel primer Ziziphus lotus citado en la Región de Murcia.

Por allí, poco después del Monasterio de Santa Catalina del Monte, o Convento de Santa Catalina, como aparece en los mapas, incluso en los más antiguos, y muy cerca de la Ermita de San Antonio El Pobre, desacralizada y utilizada como centro de visitantes, se encuentra un viejo gran arto, de 7 m de diámetro mayor y 2 m de altura. Posiblemente, este arto de Santa Catalina sea el mismo que conocieron Lange y Guirao:

Lavatera mauritanica, La Manga del Mar Menor

Durante años, en la Región de Murcia, esta fue una ‘planta fantasma’, parecía que solo se encontraba en las figuraciones de la imaginación, de muchos [profesionales de la botánica y aficionados]. Sin embargo, mientras, la Lavatera mauritanica [Malva durieui] (malva mauritánica), una [hasta entonces verdaderamente] rara malvácea de arenales litorales algo alterados y nitrófilos, no solo crecía, sino que se expandía, de forma casi desapercibida, por varios puntos de la franja costera mediterránea oriental del territorio regional.

Así que, al menos en un largo periodo de más de un lustro, entre (¿2010?) 2013 y 2017, solo ocurría que su presencia estaba confirmada únicamente por el boca a boca; no había fuente bibliográfica a la que recurrir, se trataba de comentarios personales: la ha visto no sé quién, que la ha encontrado no sé dónde [en algún lugar de La Manga].

Es decir, la planta estaba, y está, en más puntos de los indicados y recopilados a continuación. De tal forma que, como se ha puesto de manifiesto en repetidas ocasiones, sucede, literalmente, que en la Manga del Mar Menor se ha relegado a los hábitats naturales y especies psamofilas a superficies prácticamente mínimas, pero en éstas aún persisten las últimas comunidades vegetales o poblaciones de flora silvestre, aunque sea reducidas a vestigios testimoniales o casi desaparecidas al completo. Además, esta especie, es un buen ejemplo de como esos últimos reductos de arenales costeros han sido colonizados paulatinamente. Porque, de esta malva de arenales, sin registros en GBIF (imagen siguiente), cuya primera recolección es de 2012 y cuya primera referencia de esta y otras citas no fue publicada hasta 2017, son ya muchas sus ubicaciones conocidas, gracias a su gran capacidad colonizadora una vez establecida en un territorio.

Por todo lo anterior, aprovechando esta entrada, o –principalmente– como recopilación necesaria, que ya por sí misma justifica esta nota del blog, puede aportarse la siguiente colección de localidades para la malva mauritánica, ordenadas por municipio, localidad, UTM (datum ETRS89) y playa, a continuación.

Lavatera mauritanica

MURCIA. Cartagena: Los Urrutias, 30SXG9271C, playa Urb. La Perla, 20-IV-2018, José Antonio López Espinosa (visto vivo). Mazarrón, 30SXG4354A, Playa de Percheles, 15-III-2017, Pedro Solano (UPCT 3233). San Javier: La Manga del Mar Menor, 30SXG9883A, Veneziola, 26-V-2018, José Antonio López Espinosa (v. v.). 30SXG9883B, Cala de Córcolas, 11-IV-2019, José Antonio López Espinosa (fotografía 1). 30SXG9883C, Punta del Pudrimer, Jorge Sánchez Balibrea (SOLANO ET AL. 2017). Paseo marítimo junto a Campo de Golf Veneziola, 29-IV-2018, José Antonio López Espinosa (v. v.). 30SXG9975C, Playa del Pedrucho, 23-IV-2018, José Antonio López Espinosa (v. v.). 30SXG9979A, Matas Gordas (proximidades Polideportivo Municipal La Manga del Mar Menor), 25-II-2015, José Antonio López Espinosa (UPCT 3122). 30SYG0178D, Isla Grosa, Guillermo García Saúco (SOLANO ET AL. 2017).

5 de agosto de 2022:
Después de más de tres años y una pandemia, en los que esta entrada ha permanecido incompleta en estado borrador, se ha observado y se conoce la planta, como se adelantaba en el texto, en varias nuevas zonas de La Manga del Mar Menor, como era lógico y de esperar, por ejemplo, en la Isla del Ciervo, Lo Poyo y en la Punta del Cocedor, entre otras localizaciones.

5 de agosto de 2023:
Respecto al mapa presentado, de GBIF, cabe señalar que la única posición registrada actualmente corresponde a una observación en iNaturalist del año 2021, realizada en la localidad de Matas Gordas (proximidades Polideportivo Municipal La Manga del Mar Menor) durante el primer Biomaratón de Flora Española, en la misma zona donde fue recolectada para el Herbario UPCT en febrero de 2015.

SOS Mar Menor

En la Región de Murcia se vive con gran preocupación por la situación actual del Mar Menor. La magnitud del desastre ecológico, culminado en fecha señalada de 2019 (el Día de la Hispanidad), se había advertido, podía suceder y, sin embargo, todos los factores de amenaza continuaron, hasta el evento más dramático, en el que la naturaleza moría en directo. Incluso fue sobrecogedor para la sociedad murciana, de por sí muy tolerante con el impacto ambiental. Serán muchos meses de desolación e indignación, así que, ahora, ¿cómo se vive el Mar Menor?

¿QUÉ SERÁ DE LAS PRADERAS MARINAS DEL MAR MENOR?

Después de la horrible catástrofe medioambiental del pasado 12 de octubre de 2019 el futuro de nuestra laguna costera y sus fondos es incierto. En la imagen, una pradera mixta de Cymodocea nodosa (entina, seba) [fanerógama marina] y Caulerpa prolifera (oreja de liebre) [alga], fotografiada en La Manga (San Javier) el 21/6/19. También, dos nacras (Pinna nobilis), especie «En peligro de extinción» (5/6/19) y «taxón en situación crítica» en España (28/9/18), para la que el Mar Menor era clave en su conservación.

SUPERVIVIENTE.

Casi todo a su alrededor ha cambiado, pero, aun así, sobrevive en el Campo de Cartagena, por su condición de bulbosa. Esta zamacuca (Biarum dispar), especie «En peligro de extinción» en la Región de Murcia, ha visto desaparecer al completo el paisaje agrícola tradicional que le rodeada. Incluso muy cerca del Puerto de la Cadena, los cereales han dado paso a alcachofas y melones. De otros tiempos, tampoco tan lejanos, solo queda una vieja y profunda balsa, cuyo muro, al fondo, es iluminado por los tenues rayos de sol del atardecer otoñal de hoy [27/10/19]. Ya no existe la vaguada próxima, hasta hace unas décadas dibujada y respetada por el entramado de bancales.
Para conocer esta especie de la familia aráceas, con flores encerradas en inflorescencia maloliente y semienterrada puedes seguir este enlace: http://bit.ly/RMD-Bdis

AMENAZADA.

Los terrenos próximos al Mar Menor son valiosos, albergan auténticas joyas botánicas y pueden ser urbanizados. Esta imagen capta conservación y especulación, a una rara bulbosa protegida floreciendo en tomillares doblemente amenazados por el ladrillo. Que esta especie, cuyas poblaciones son puntuales en el levante español y se concentran en el entorno de la laguna costera, se haya salvado de la urbanización cercana, y de un plan parcial en proyecto, ha sido mero azar y que el paso del tiempo, por el momento, ha jugado a su favor.
Para conocer esta planta de la familia liliáceas, de floración irregular, efímera y explosiva puedes seguir este enlace: http://bit.ly/bFdM-Mfil

NITRATOS
¿Los ves? La imagen los muestra en cantidades ingentes.

Hasta el horizonte, un extenso tapiz verde domina los terrenos de cultivo próximos al Mar Menor; se encuentran a apenas 1 km. Son nitratos, aprovechados a la perfección por, prácticamente, una única planta, el cenizo (Chenopodium murale). Esta especie nitrófila ha medrado exponencialmente, gracias a las abundantes lluvias y, sobre todo, a los nitratos excedentes del incesante cultivo intensivo y extensivo. ¿Hasta cuándo una agricultura insostenible contraria a la biodiversidad? La eutrofización, originada por los nitratos, ha devastado los fondos del Mar Menor. Y miles de toneladas aún permanecen en los suelos y en el acuífero. ¿COMPARTES? [Y se compartió hasta alcanzar a 12700 personas]

#SOSMarMenor
#SalvarElMarMenor

Se trataba, en definitiva, de sumarse y multiplicar la llamada a la acción del movimiento SOS Mar Menor, a través de una serie de publicaciones en una página en Facebook sobre la Flora de Murcia, con los párrafos y fotografías anteriores.
Han sucedido las más nefastas circunstancias para la ‘laguna mágica‘. Es fundamental actuar ya, salvar el Mar Menor, no solo sus fondos, tan desconocidos como extraordinarios, sino todo su entorno: la ribera interna marminorense y La Manga, también la cuenca vertiente a la albufera, el Campo de Cartagena, un territorio profundamente transformado durante las últimas cuatro décadas.

Las plantas de La Manga, en peligro de extinción

El Mar Menor se convirtió en foco mediático antes del verano de 2016 por la ‘sopa verde’ y, desde entonces, acapara prácticamente todas las atenciones medioambientales de profesionales y ciudadanos. Por fortuna, ha transcurrido al completo el verano de 2018 y son evidentes los signos de recuperación, al menos se vislumbra freno al desastre; por ejemplo, perceptible por todos: las aguas recuperan transparencia y los avistamientos de caballitos de mar han sido más frecuentes. Sin embargo, qué ocurre en el otro Mar Menor, el que no está sumergido, el que no ha sufrido cambio drástico y alarmante, sino progresivo y permitido. Me refiero a su ribera y, en particular, al cordón litoral que cierra y origina la laguna costera. Pues, para el Mar Menor emergido, para La Manga y sus últimos rincones naturales, no se han suscitado reacciones importantes y, sin una gran alerta, el ‘statu quo’ es el mismo e inmutable: playas para turistas y parcelas urbanizables, una gran ciudad en verano donde la naturaleza subsiste acorralada hasta ser desahuciada. Así, de forma invisible para el público en general y sin actuaciones contundentes ni urgentes, se está produciendo la extinción del componente vegetal.

Un buen ejemplo es el de la esparraguera marina, desde hace quince años especie protegida legalmente en la Región de Murcia (Decreto 50/2003), dentro de la categoría «De interés especial», a la que, con posterioridad, el mismo grupo de investigación que elaboró la base científica de la normativa regional vigente, de la Universidad de Murcia, determina la categoría «En peligro crítico de extinción» en la ‘Lista Roja 2008 de la flora vascular española, catálogo de referencia para la conservación vegetal en España. Y en diciembre de 2013, ¡hace menos de cinco años!, en la obra botánica ‘Flora iberica‘ se revela que es una nueva especie para la Ciencia, exclusiva del entorno del Mar Menor. Es decir, la esparraguera del Mar Menor (Asparagus macrorrhizus), solo se encuentra en todo el mundo en el sureste de la Región de Murcia y el núcleo principal con mayores efectivos de la planta, apenas mil quinientos ejemplares, se localiza al final de La Manga, donde existe una fuerte presión urbanística.

Le sucede por igual a la campanilla de mar (Calystegia soldanella), tan amenazada por la destrucción y ocupación de su hábitat como la anterior, aunque no es especie protegida, a pesar de su rareza en las arenas litorales de la Costa Cálida. De distribución cosmopolita, por la franja costera de todo el planeta, en territorio murciano solo cuenta con cuatro localizaciones, en Calnegre y La Manga; en una de las playas mangueñas prácticamente está arrinconada a los treinta centímetros junto al muro de una vivienda, en otras dos, aunque crece en las dunas, tiene de compañera a una planta alóctona invasora, a la uña de gato (Carpobrotus acinaciformis), o está a merced de arenas alteradas y extremadamente móviles. Por otro lado, otras especies, que eran comunes en La Manga, como la azucena de mar (Pancratium maritimum), de seguir el menoscabo a los arenales, se convertirán en puntuales o raras.

La solución que la Administración está ofreciendo, exigir informes de vegetación protegida y en último término autorizando trasplantes, quizá sea muy generosa para cómo se encuentran las poblaciones de algunas plantas en peligro: ni pueden retroceder un solo metro ni pueden perder siquiera un individuo.  Entonces, en la actualidad, ¿qué fórmula puede equilibrar tantos años de desarrollo insostenible y protección de la naturaleza? Habrá que tener muy en cuenta los derechos de los propietarios, que emanan de una primera ley de 1956 pero, también, si no existe aún normativa que dilucide el conflicto sin detrimento para el medio ambiente, tendrá que aplicarse el sentido común, con conciencia medioambiental, y esperemos sea prioritario anteponer la preservación de los últimos reductos de un valioso e incluso único patrimonio natural que, literalmente, ya ha cedido demasiado terreno.

En definitiva, en La Manga la conservación y recuperación de los hábitats y las especies de flora no radica en una dificultad fundamentalmente biológica, sino política, administrativa y económica.

[Publicado en
el suplemento Nuestra Tierra del diario La Verdad,
el martes 25 de septiembre 2018]

Paisajes del Mar Menor con el Galaxy S8

La fotografía es móvil y al mismo tiempo de calidad, se ha trasladado con gran eficacia a los modernos dispositivos electrónicos que caben en la mano y se llevan en un bolsillo, siempre conectados al mundo a través de Internet, en prácticamente cualquier lugar; las prestaciones de los ‘móviles’ actuales (teléfonos inteligentes o ‘smartphones’) son tan múltiples y diversas que serían incluso inimaginables hace sólo una década. Y en este sentido, los modelos de la gama alta ofrecen, más allá de la mera ostentación, una herramienta fotográfica de grandes resultados y sobre todo inmediatez. Son perfectos para la fotografía de naturaleza, como en este caso para captar el paisaje único e inigualable del Mar Menor, junto a su orilla o muy cerca; no hay que buscar ni esperar el momento, sólo estar allí cuando ocurra ese repetido y sensacional instante muy diverso y diferente de luz y color:

Pantalán de Punta Brava
al atardecer, 21-II-2018.

Monte el Carmolí
y la sombra del volcán, 24-II-2018.

Isla del Ciervo
y la puesta de sol de un día calimoso, 20-IV-2018.

Cielo encendido
de atardecer nuboso, 7-IV-2018.

Cielo apagado
y orilla decrépita, 24-IV-2018.

En el Huerto de ocio de Aljucer (2)

En pleno verano la tomatera (Solanum lycopersicum) es la reina del huerto; durante julio regala abundante y continua cosecha de tomates, se encuentra en su total esplendor. Mientras, la junza (Cyperus rotundus) es la dueña del huerto, la planta silvestre que tapiza, como si de un césped alto y muy verde se tratase, cualquier superficie que le es propicia de la Huerta de Murcia; hasta tal punto prolifera esta herbácea perenne de óptimo estival que incluso al botánico, por horas huertano, también le parece una ¡maldita mala hierba!

Entonces, la alcachofera (Cynara scolymus), o planta de la alcachofa, culmina su floración; las últimas alcachofas, las que son las últimas inflorescencias (de tipo capítulo, características de la familia compuestas), las que no se recolectaron, se abren y, en un justo momento previo a su desarrollo completo, asemejan una «rosa» multicolor tintada de múltiples tonalidades verdes, moradas, doradas y violáceas. Si esta falsa rosa de muy distintas brácteas (hojas modificadas) y flores tubulares está iluminada –como en la imagen anterior– por las suaves y cálidas primeras luces del día, los colores se triplican, en cada ángulo, en cada distinto punto de vista, como por ejemplo –también– el siguiente, desde abajo (que resultó idóneo para el mes de su floración en un calendario Flores de Murcia 2018). Es decir, la alcachofa no recolectada, con flores, merece una especial atención, al menos durante unos minutos, por su simetría y diversidad de coloración de una floración que es ocasional y puntual en el huerto.

En otro momento del año, cuando la discreta cosecha de pequeñas alcachofas llegaba a su fin, por mayo, en el huerto deslumbra –si se ha plantado [y cuesta conseguirla]– otra «rosa» o falsa rosa, la rosa doble de la amapola adormidera, que es la flor de una variedad «tradicional» y ornamental con pétalos numerosos del opio, llamada hierba de cascales (Papaver somniferum) en la Huerta de Murcia, cuya floración, tardo-primaveral, coincide con el –prácticamente– inicio de la época más calurosa del año.

Calystegia soldanella, La Manga del Mar Menor

La Manga del Mar Menor es una bulliciosa urbe turística cada verano, cuando concentra una población de más de 200.000 habitantes. Fue construida en un cordón litoral emergido sobre el Mediterráneo por cerros volcánicos y rocas areniscas cuaternarias, que cierran una laguna costera y crean una estrecha franja de arenas kilométricas entre dos mares. Sin duda, un espacio natural único del litoral español que –junto a la costa de Cabo de Palos y Calblanque– habría sido digno del reconocimiento como Parque Nacional.

El desarrollo urbanístico que ha transformado hasta la fisonomía actual a este singular lugar del sureste español ha relegado a los hábitats naturales y especies psamofilas a superficies mínimas, que aún persisten en las últimas comunidades vegetales o poblaciones de flora silvestre, reducidas a vestigios testimoniales o casi desaparecidas prácticamente al completo.

Entre las especies emblemáticas de La Manga destacan particularmente la esparraguera del Mar Menor (Asparagus macrorrhizus), endemismo murciano, exclusivo del entorno de la laguna costera, y la zanahoria marítima (Echinophora spinosa), que cuenta en la playa de Snipes con la principal y única población de la franja litoral del sur de España, desde la ciudad de Alicante a la frontera onubense con Portugal.

Igualmente, también otras plantas muy notables cuentan en los arenales mangueños con sus últimos reductos poblacionales en la Región de Murcia. Por ejemplo, la campanilla de mar o correhüela marina (Calystegia soldanella), que se encuentra tan amenazada por la destrucción y ocupación de su hábitat como las anteriores y, sin embargo, no es especie protegida, a pesar de su rareza y escasez en las arenas litorales murcianas. Aunque su distribución es cosmopolita, por la costa de los los dos hemisferios del planeta y los cinco continentes, en territorio murciano sólo presenta dos localidades, en el Parque Regional de Calnegre (Lorca) y en La Manga del Mar Menor (Cartagena y San Javier), donde ocupan extensiones reducidas, de unos pocos metros cuadrados, en los arenales y dunas aledañas a ocho playas.

De tal forma que, aprovechando esta entrada, o –principalmente– como recopilación necesaria, que ya por sí misma justifica esta nota del blog, puede aportarse la siguiente colección de localidades para la campanilla de mar, ordenadas por municipio, localidad, UTM (datum ETRS89) y playa, a continuación.

Calystegia soldanella

MURCIA. Cartagena: La Manga del Mar Menor, 30SYG0071D, Playa de Calnegre, 22-XI-2019, José Antonio López Espinosa (visto vivo). 30SYG0288C, Playa de las Amoladeras, Isabel Rubio Pérez (fotografía).  San Javier: La Manga del Mar Menor, 30SXG9881B, Playa de la Ensenada del Esparto (El Seco Grande), 25-X-2018, José Antonio López Espinosa (visto vivo). 30SXG9978C, Playa del Estacio, 20-IV-2018, José Antonio López Espinosa (v. v.). 30SXG9977C, Playa de las Gaviotas, 20-IV-2018, José Antonio López Espinosa (v. v.). 30SXG9975C, 30SXG9976C, Playa del Pedrucho, 23-IV-2018, José Antonio López Espinosa (fotografías 1 y 2). Lorca: Calnegre, 30SXG3952D, Playa del Baño de las Mujeres, 12-VIII-2016, José Antonio & Francisco Javier López Espinosa (v. v.).

Tres nuevas orquídeas silvestres en la Región de Murcia

Las últimas orquidáceas silvestres de la Región (una especie y dos notoespecies o híbridos) se presentaron conjuntamente (¡al fin!) en un artículo en prensa, sobre las tres nuevas orquídeas de Murcia, publicado en el suplemento Nuestra Tierra del diario La Verdad, el pasado martes 12 de septiembre de 2017 (día de la Romería de la Virgen de la Fuensanta). Para leerlo sólo hay que hacer clic en una de estas dos opciones: en la página web del periódico y suplemento (visitando este enlace) o en la siguiente imagen (recomendado), de la página del diario escaneada (que abrirá un archivo PDF con las fotografías en color).


La prensa escrita es un medio excelente para la divulgación botánica, para acercar las plantas al público en general, el objetivo principal de floresdemurcia.comUn titular de un periódico resume y multiplica de forma breve, clara y vivaz una noticia de orquídeas (o del mundo vegetal, local y/o general) a un nivel que otros medios no alcanzan, también –o particularmente– en repercusión y credibilidad. Así que, entendida como una herramienta divulgativa muy valiosa, y contando siempre con las facilidades y mejoras en la redacción de la periodista Pepa García (coordinadora del suplemento Nuestra Tierra de La Verdad), una pequeña nota, artículo o reportaje en la prensa regional es la solución y final indispensable para presentar resultados de trabajos botánicos y/o conocimiento florístico novedoso, relevante o de especial interés.

Si en 2018 se encuentra una nueva orquídea, si esto ocurre (y en los últimos años ha habido suerte), se divulgará (si se puede), primero, en el listado de orquidoflora murciana, actualizado –casi con inmediatez– en Región de Murcia Digital (Portal Oficial en Internet de la Región de Murcia), y, después, si es tempranera, en el curso-jornada Orquídeas silvestres de la Región de Murcia, que anualmente se viene realizando desde 2009:

Pero para divulgar en prensa sobre nuevas orquídeas, habrá (supongo) que esperar bastante tiempo, como en esta ocasión, a que sea necesario y casi obligatorio de que de hallazgos tan realmente interesantes no se conozcan sólo por unos pocos (aficionados y profesionales de la botánica). Aunque para junio, también en prensa, si se puede, está pendiente un artículo o reportaje sobre otra especie importante de la flora murciana (¡y no es una orquídea!), porque hay que destacar como se merece, y ya corresponde por este medio, a una planta que es «una de las más singulares aportaciones de la Región de Murcia a la biodiversidad en el contexto europeo”.

El paisaje único e inigualable del Mar Menor

El Mar Menor, lamentablemente, en la actualidad, está en boca de todos, y no suele ser por buenos motivos. Sin embargo, conserva su característica más genuina, que es especialmente muy valiosa: un paisaje único e inigualable.
Puesta de sol en Los Urrutias. 24-XI-2017

Los atardeceres de invierno, no todos, pero sí (dentro de lo que cabe) muchos, nos regalan espectaculares aguas y cielos rosados y violáceos. También ocurre en el Mar Mediterráneo, pero al Mar Menor, en algunas puestas de sol, le llega una casi total calma, se crea un ambiente mágico, sorprendente siempre, y es prácticamente imposible apartar la mirada en ese instante de minutos con luces atenuadas, las últimas del día, pero resplandecientes.

El Mar Menor, un medio día de invierno, con vistas a Punta Brava, desde vértice geodésico Carmolí (113 m). 24-XI-2017

En la ribera interior de la laguna se eleva el cabezo El Carmolí, y desde la cima del que sería su volcán (extinto) más alto, junto al vértice geodésico (113 m s. n. m.), se divisa una panorámica de 360 º que abarca todo el Campo de Cartagena, las sierras litorales orientales de la Región de Murcia y el Mar Menor al completo. Además, si subimos en un medio día invernal quedará en evidencia la suavidad de la estación fría en la zona, y si la mañana es soleada se disfrutará de un ambiente luminoso, radiante y cálido, como el de la imagen anterior, una vista hacia el noreste donde puede verse a Punta Brava, un pequeño pueblo a orillas del Mar Menor, continuación (al norte) de Los Urrutias y cercano (al sur) de Los Alcázares.

Puesta de sol junto al pantalán de Punta Brava. 17-X-2017

Al paisaje marminorense se le han sumado los famosos y fotogénicos balnearios y pantalanes, otrora de base y sombra muy biodiversa, que se introducen al interior de la laguna costera. No sólo ofrecen grandes fotografías, sino que son idóneos para cualquier momento en el que detener y, de verdad, se detiene el tiempo, dentro del Mar Menor. Seguramente, pocos lugares transmiten tanta paz y tranquilidad inmediata, como el final de un pantalán,a 50 metros de la orilla, parece que creados a modo de una fórmula de espacio y tiempo perfecto-suficiente para estar alejado de tierra y lo terrenal.

Atardecer en la Marina del Carmolí. 18-X-2017

Por último, otro paisaje, si cabe con mayor diversidad de luces y colores, de un lugar tan próximo a los tres anteriores que todos, en conjunto, pueden considerarse el mismo lugar. Es el atardecer de uno de esos contados días de lluvia (más en este muy seco trimestre otoñal de 2017), en el humedal de la Marina del Carmolí, al norte de Punta Brava. En este ecosistema, que se ha logrado salvar de la urbanización por ser hasta recientemente zona militar, donde destacan varias charcas costeras que habita un pequeño pez en peligro de extinción, se regula el equilibrio natural del Mar Menor, porque tiene –como han indicado numerosos estudios– un papel clave en su conservación y –también tendrá– en su recuperación.

Para finalizar, como este es un blog sobre la Flora de Murcia, enlazar y trasladar al lector [que haya llegado a este último párrafo] a la especie vegetal marminorense más representativa y singular, única y exclusiva, descrita para la ciencia muy recientemente, en diciembre de 2013: la esparraguera del Mar Menor (Asparagus macrorrhizus). Este es un ejemplo notable, pero hay más, de especies de flora relevantes, con poblaciones únicas o muy importantes, para la Región de Murcia, España, o incluso Europa, en el entorno inmediato de la laguna y su área de influencia: Tetraclinis articulata (sabina o ciprés de Cartagena), Capparis zoharyi (tapenera de la Sierra Minera), Merendera filifolia (quitameriendas), Caralluma europaea (chumberillo de lobo), etc.

Sternbergia colchiciflora, Sierra Espuña

El azafrán amarillo (Sternbergia colchiciflora), una rara bulbosa especialmente esquiva es, sin duda, difícil de observar, parece que se trata de una «planta invisible», que no quiere dejarse ver, que no se encuentra, sino que te encuentra. Para la flora de Murcia es especie relativamente reciente, conocida desde los mismos comienzos del siglo XXI, y fue detectada por primera vez cerca de las casas de Puerto Hondo (Moratalla), en el año 2001, por Enemérito Muñiz.

Con las indicaciones del Agente Medioambiental, como siempre muy precisas, en septiembre de 2002, misma época y al año siguiente, se visita el lugar concreto del valle de la Rambla de la Rogativa, para relocalizar y recolectar [no se disponía de pliego de herbario] una de las pocas bulbosas, grupo de plantas que estudiaba entonces (antes de centrarme en las orquídeas), pendientes y fundamentales de observar. Pero acabó la jornada sin éxito y estaba claro: sería el azafrán amarillo el que señalaría la fecha en el calendario del encuentro botánico.

La segunda localidad conocida de la Sternbergia colchiciflora es una contribución del –también– Agente Medioambiental Miguel Cánovas, que la localiza en las cumbres de Sierra Espuña. Guiados por él nos dirigimos en su búsqueda, en 2014, más de una década después, para obtener mismo resultado, es decir, ninguno, porque, a pesar de lugar y época, la planta no estaba [no se encontraba en floración, que depende de las lluvias y acumulados totales de precipitación de semanas precedentes, y por tanto no era posible detectarla].

Sin embargo, al tercer intento, de nuevo en las cumbres de Sierra Espuña, y por lo anterior sin ser optimistas, más bien conscientes de la importante probabilidad de repetir fracaso, pero habiendo transcurrido 15 años y –sobre todo– animados por una pista o aviso, esta vez fuimos acompañados de la suerte, porque la planta nos encuentra al comienzo de la ruta, no en la zona indicada … En cualquier caso, ¡al fin!:

Además, se da la circunstancia destacable que, desde la primera y única cita en la Región de Murcia, se han sucedido varias localizaciones, incluso podría decirse que hasta son ya numerosas, algunas de ellas provenientes de comentarios personales y, otras, publicadas en artículos o presentadas en resultados de trabajos (inéditos y/o sólo disponibles –o accesibles– por Internet). Es decir, aunque es indudable su rareza, la particularidad del azafrán amarillo radica en la dificultad para detectarla y observarla. De tal forma que, aprovechando esta entrada, o –principalmente– como recopilación necesaria, que ya por sí misma justifica esta nota del blog, puede aportarse la siguiente colección de localidades, ordenadas por municipio, sierra, UTM (datum ETRS89) y paraje, que resulta de la integración de la información proporcionada por distintas fuentes, citando a quienes participan en el conocimiento botánico, recordando y compartiendo sus valiosos encuentros con estas pequeñas flores amarillas, a continuación.

Sternbergia colchiciflora

MURCIAAlhama de Murcia: Sierra Espuña, 30SXG2792, Llanos de las Tres Carrascas, 17-IX-2017, Gabriel Pardo (visto vivo). Lorca: 30SWG9092, Peñón de la Pinosa, 19-IX-2009, David López García (MUB-SURESTE 111032). Sierra del Cambrón, 30SXG1197, Barranco del Cargador, 30SXG1296, Cerro del Cambrón, 24-IX-2013, Ramón García Pérez (v.v.). Moratalla: 30SWH6315, Puerto Hondo, Enemérito Muñiz. 30SWH6214, Puerto Alto, 12-X-2003, Enemérito Muñiz (MUB-SURESTE 101177). 30SWH7226, Calar de la Santa, 16-IX-2015, Ramón García Pérez (v. v.). Sierra de Villafuerte, 30SWH7421, Loma de las Cabellas, José Moya & Miguel Ángel Carrión (v. v.). Sierra del Buitre, 30SWH9322, Peñón de Ortega, Miguel Martínez Navarro (v.v.). Totana: Sierra Espuña, 30SXG2191, Collado del Humero, Miguél Cánovas (v. v.). 30SXG2592, Pozos de la Nieve del norte del Cerro Espuña, 14-IX-2015, Pedro Martínez López; José Antonio López Espinosa (UPCT 3142). 30SXG2692, Collado Mangueta, 20-IX-2017, José Antonio López Espinosa (v.v.).

De las trece referencias corológicas anteriores, seis son nuevas y dos [las que fueron en su momento las dos primeras de la especie en la Región] se han precisado a la cuadrícula UTM 1 x 1 km correspondiente. Una de estas, la que corresponde a la primera localidad murciana, la de Puerto Hondo, es la única indicada en la revisión El género Sternbergia (Amaryllidaceae) en la Península Ibérica, de Ramón Morales y Juan Castillo (2004), en la revista científica Anales del Jardín Botánico de Madrid. La publicación evidencia el valor de las citas recopiladas y el avance en el conocimiento que suponen para la especie en el territorio murciano.

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